He aprendido que del amor al odio sólo hay un paso, que todo puede cambiar en cuestión de días, horas, minutos e incluso segundos. He aprendido a medir mis palabras, a desechar de mi vida a toda aquella persona que me perjudicara, que la vida no se mide en segundos sino en suspiros, que parece que nos gusta equivocarnos, hacer las cosas mal y de la misma manera una y otra vez sin aprender de nuestros errores... Que hay que aprovechar cada oportunidad que se te presente, que los ''te quiero'' no se dicen a la ligera, que pocas, muy pocas personas merecen la pena, aquellas que ahora mismo están esperando en algún lugar remoto, esperando encontrar a una persona afín a ellas... Pero una de las cosas más importantes que he aprendido es que hay que quererse a uno mismo por encima de todo. De vez en cuando hay que ser un poco egoísta y no comerte tu ego para que los demás queden por encima de ti. Que hay que valorarse a uno mismo y hay que intentar hacerlo siempre de manera positiva. He aprendido que las cosas no caen del cielo como nos gustaría, que las cosas hay que ganárselas. Que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una sola mano. Que quien quiere puede, que nada es del todo imposible y que sólo hay que luchar un poco para conseguir tus objetivos. Que no es malo estar sólo un tiempo, ya que esto te ayudará a pensar y reflexionar de todo lo que hiciste mal anteriormente y todo aquello que podrás mejorar en un futuro. ¿Mi objetivo? Ser feliz.
